miércoles, 10 de junio de 2020

esencia de un incienso

En el humo me fijo, busco la leyenda en un rumbo fijo, el viejo sabio me cuenta su pasado aquel que se ha ido quedando en los jardines del recuerdo, perpetuandose y plasmandose ante sí, reflejando su ya conocida senectud...

La tierra me cuenta su historia, aquella que forma sus entrañas, me cuenta la historia que guardan sus árboles, aquella que corre por la savia y por la sangre, aquella que refleja su áurea proporción. 

Navegó entre sus mapas, que me aconsejan, me voy entre su humo y en su esencia, como alma me penetra, me hace reflejo de los sueños de sus hijos. 

¡Ohh tus hijos lloran y cantan!

¡Mira como bailan su dolor!

Esto es lo que nace de nuestro sein (ser)... 

La mente sigue brillando al compás del cosmos. 

Seguimos latiendo, buscándote sentido 

¡Oh humo silencioso, callado y abstracto,
muéstrame tus formas que corren y me hacen retratos! 

Me envuelve tu silencio, un silencio que parece casi música, deleitante y palpitante en tu tranquilidad. 

Excitante existir, está es para ti. 

¡TLASOJTLA! 

¡Teoiknin!

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